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Historia y naturaleza

Historia de Punta del Este

 


Actualidad


Ubicada al sureste del departamento de Maldonado, a siete kilómetros de la ciudad capital (Maldonado). Se encuentra sobre una estrecha franja de tierra que divide las aguas del Río de la Plata y del Océano Atlántico. Tiene una población permanente de alrededor de 8 mil habitantes. Es internacionalmente conocida como uno de los principales balnearios de América latina.Un poco de historia
En sus comienzos, fue un paradero indígena; luego, un pueblo de pescadores. Su primer nombre fue “Villa Ituzaingó” pero en 1907 se solicitó el cambio de nombre y pasó a llamarse definitivamente Punta del Este. Esta villa fue fundada en 1829 por Don Francisco Aguilar, quien fue el primero en explotar los recursos de la zona, desarrollando varias industrias, principalmente los saladeros. Francisco Aguilar llegó a Uruguay en 1810, era un hombre de fortuna, fue dueño de una flota de barcos mercantes y el primer armador de barcos del Uruguay, además de estanciero y ganadero, fue dueño de pulperías y político, ocupó varios cargos importantes: Alcalde de Maldonado de 1829 a 1830, Administrador de Correos en 1834 y senador en 1840.

En Maldonado, se radicó en 1811, compró tierras y con pocos colonos se dedicó a la agricultura (las principales plantaciones que le pertenecieron fueron las de tabaco y papas) a la cría de gusanos de seda y a la fabricación de baldosas, para lo cual se instaló la primera fábrica en Punta del Este.

La abundancia de ballenas en nuestras costas por aquellos años era tan grande, que durante la presidencia del General Fructuoso Rivera se le concedió a Aguilar el derecho exclusivo de pescar y faenar estos animales durante diez años en el Puerto de Maldonado y costas del Estado, por la suma de 75 pesos cada seis meses. También tenía la concesión para faenar los lobos marinos de Isla de Lobos y del Departamento de Rocha. El 13 de junio de 1843, la península fue vendida a los hermanos Samuel y Alejandro Lafone, quienes la compraron en 4.500 pesos, así como también la Isla Gorriti, la cual costó 1.500 pesos. Al igual que Aguilar, los Lafone explotaron los saladeros.

Los vehículos que unían a Punta del Este con la ciudad de Maldonado por aquellos años eran las carretas, que debían atravesar enormes médanos de arena y venían por la costa. Por ello, los primeros animales que se usaron para trabajar fueron dromedarios y los trajo Aguilar, con otra clase de animales era imposible realizar las tareas diarias puesto que la zona era un gran desierto.

Punta del Este le debe a Enrique Burnet gran parte de la forestación que posee, pues fue él quien inició la plantación de pinos en la península. Gracias a ellos, se pudo contener la avalancha de arena que amenazaba con cubrir la pequeña ciudad. En 1907, la población era escasa en Punta del Este: el Hotel Risso, la Capitanía, el Chalet de Suárez y cincuenta casas. Ese año arribaron los primeros veraneantes a bordo del vapor “Golondrina”, fueron un grupo de familias argentinas y montevideanas, invitadas por el Directorio de la Sociedad “Balneario Punta del Este”.

Podemos decir que Punta del Este es el resultado feliz de una mezcla de factores: como una mano penetra en el mar, separando el Río de la Plata del Océano Atlántico; tiene playas mansas y bravas, bosques e islas; posee además una excelente infraestructura, zonas residenciales, centros comerciales, casinos, carreteras y avenidas, aeropuerto y puerto turístico-deportivo, así como una moderna red de comunicaciones.

La península posee un clima marítimo con un aire fuertemente yodado, mezclado con aromas de pinos. La temperatura media en los meses de frío es de unos 10 grados y en los meses más cálidos, de una media de 25 grados. Lo que podría llamarse “el gran Punta del Este” se encuentra rodeado de un arco de playas de unos cuarenta kilómetros. Dentro de dicho perímetro, está la península con su entorno, abarca el espacio de las playas mansa y brava y la zona residencial de los barrios Cantegril, Aidy Grill, San Rafael, Parque del Golf y Beverly Hills entre otros.

En las calles de la península, entre las construcciones de varios estilos hay una gran cantidad y variedad de restaurantes, confiterías, salones de té, pubs, boites y un variado centro comercial donde se encuentran las tiendas de las más importantes marcas mundiales y se otorgan todos los servicios de un gran balneario.

Es posible desarrollar la práctica de deportes náuticos a lo largo de toda la franja costera, ya que existen excelentes escenarios naturales, así como también una importante gama de entretenimientos para toda la familia.